miércoles, 13 de mayo de 2009

Las catedrales del consumo

Cuando, dentro de cien años mas, nuestros descendientes quieran saber como era el mundo que los antecedió, como era el siglo veintiuno, cuales eran las modas, las costumbres, en que entretenían y cuales eran los símbolos representativos de nuestra cultura.
Se van a encontrar con los malls, los grandes centros de consumo y recreación de nuestro tiempo
y que los hombres en vez de construir catedrales, que fueron los símbolos de la cultura de mas de mil años de vida de la civilización occidental, el hombre del siglo XXI construía grandes centros de consumo, que substituian a las catedrales de la cultura anterior.
Ahora el hombre no iba a rezar, ni ha buscar a Dios, sino que ha consumir.
Adoraba a otros dioses vinculados con el dinero y el consumo.
Para el el mundo se centraba en la busqueda de satisfacciones sensuales, sensoriales y no vinculadas con el espíritu y con el alma.
Así nos verán las futuras generaciones, desgraciadamente.

Estado de delincuencia

Por lo que muestran los medios de comunicacion, diarios, revistas, radios y la televisión Chile se ha transformado en un estado donde la delincuencia, el asalto, y los homicidios son noticia de todos los días.
Lo peor del caso es que esto se ha hecho tan habitual que ya se da por descontado que al prender el televisor estaremos siendo testigos de un hecho delictual.
Esto ha pasado de ser noticia ha ser parte de nuestra vida, como un hecho casi natural y no una situación casual o de excepción.
Lo más preocupante es que las autoridades no han hecho nada que haga presumir que esto es grave y que hace necesario con urgencia tomar medidas que pongan atajo a una situación que afecta seriamente la convivencia y la natural necesidad de la población a vivir en un pais donde exista calidad de vida y seguridad para transitar por las calles.
A diario muere algún o varioss ciudadanos o mas de algún policia.
Creo que autoridades que se respeten y que no quieran seguir despretigiando al Gobierno deberían intervenir y poner coto a esta lamentable situación que nos ha transformado al correr del tiempo en un país del tercer mundo donde los derechos ciudadanos, la tranquilidad y la vida no tienen valor alguno.